Luego aprovechando la tarde, me he dedicado a hacer más galletitas, estas son bebés.
La receta para estas galletas es superfácil, lo único malo es pillarles el punto de cocción para que no se queden duras o por el contrario se os queden crudas. También hay que tener en cuenta el grosor de las galletas para que queden siempre igual, y hoy gracias a un invento de mi marido la siguiente tanda que he hecho me han quedado todas iguales. ¿qué cual es el truco? Pues fácil, he puesto la masa entre dos palillos chinos, y cuando he amasado me han quedado todas a la misma altura. Genial!!
INGREDIENTES-para unas 30 galletas
250 g de azúcar
250 g de mantequilla
500 g de harina
un huevo
PREPARACIÓN
tenéis que dejar que la mantequilla se ablande y se quede como pomada, la juntáis con el azúcar y batís bien hasta que quede una crema, después se echa el huevo batiendo bien y por último la harina poco a poco y amasando hasta que estén todos los ingredientes bien mezclados
Envolvéis la masa en papel film y la metéis en la nevera unas dos horas, una vez que las sacáis del frigo es la hora de poneros a amasar y cortar las galletas y una vez que estén cortadas las volvéis a meter en el frigorífico otra media hora, para que se endurezcan y no se deformen en el horno
Una vez tengáis el horno precalentado a 180º metéis las galletas unos 10- 12 minutos. Os daréis cuenta de que están las galletas cuando tengan el borde tostadito, no esperéis a que se doren del todo porque si no se os quedarán duras. Se sacan y se ponen en una rejilla para que se enfríen bien, y una vez que ya están frías podéis decorarlas como os apetezca. Bien guardadas en un recipiente hermético duran hasta un mes. Buen provecho!!