Y llegó marzo del 2020 y nos llegó la pandemia, llegaron las mascarillas, el gel hidro alcohólico, la distancia, el no ver a los seres queridos, no abrazos, no besos, no salir.....
Horroroso, y seguimos, menos estrictas las medidas, pero seguimos con el virus danzando por el mundo
Los comercios empezaron a quedarse sin productos, no se podía salir prácticamente a nada
y en casa empezamos a hacer pan para no tener que salir ni contactar con nadie
El encontrar harina y levadura de panadería empezó a ser una odisea, porque estaba agotado en todos los supermercados, la gente empezó a hacer pan y repostería (algo bueno surgió de la pandemia ya que todo el mundo aprendió a hacer pan y tartas) pero por este motivo era difícil comprar si no era por internet y los pedidos llegaban con bastante retraso
En mi casa ya hacíamos pan todos los días, bueno, mi marido que es el especializado en esos menesteres
También preparaba buenísimas pizzas que todavía a día de hoy, sigue haciendo
Hacíamos rosquillas, paninis, pan de leche...
Pero yo, a lo que más me he dedicado en estos meses ha sido a mascarillear.
Primero colaborando altruistamente con unas cuantas costureras, haciendo mascarillas y pantallas para repartirlas por clínicas, farmacias, residencias, donde no llegaban o no había
No sé las horas que me habré tirado delante de la máquina de coser, no sé las mascarillas que habré hecho durante estos meses, pero he hecho muchas y gracias a eso , hemos podido seguir adelante con nuestro negocio, ya que los cursos y los pedidos se redujeron a cero
Ahora, un año de después, seguimos con la pandemia, no sabemos cuanto tiempo más vamos a seguir, pero se va reanudando el trabajo, vamos poco a poco preparando alguna tarta y algunas galletas que se tuvieron que posponer, ya que las comuniones se anularon durante los meses de mayo y se reanudaron en septiembre.
Espero que en estos próximos meses las cosas vayan mejor y os pueda ir enseñando cositas nuevas, mientras tanto, seguiremos aguantando el chaparrón